Cuando Marco cumplió 12 años, decidimos que ya podría tener móvil. Hasta entonces no había tenido una línea de teléfono para él. No lo veíamos ni útil, ni necesario. Es más, considerábamos que le daría más problemas que beneficios, pero… sabía que este momento, tarde o temprano, tenía que llegar y os voy a contar cómo fue y cómo lo gestionamos.
La cuestión es que desde hacía también unos meses, mi hijo mayor recibía una paga semanal (bueno, la mediana también, pero vamos, que la de ella es casi simbólica). Yo soy muy reacia a comprarles cosas que me parecen innecesarias. Pero claro, esa es mi opinión, mis hijos opinan totalmente lo contrario. Para ellos esa revista, esos cromos o la nave de Star Wars, son totalmente necesarios. Así que tras leer un post de
Maternidad Continuum sobre el tema,decidí adaptarlo a mi familia. Total, que son este sistema, empezó a ahorrar. ¡Y le pilló el gustillo! Lo que yo no sabía es que tenía un objetivo claro:
Comprarse su propia tablet. Y tras muchos meses, ahorrando pagas, estrenas de navidad, dinero de cumpleaños, etc… Lo consiguió.
Así que nos pusimos a ver con él una tablet. Cuando papá llegó con la nueva tablet de Marco, se puso super contento. Estaba emocionado con el hecho de que tendría una tablet para él, lo que no sabía era que la tablet permitía tener tarifa de datos y por tanto podría tener al fin el ansiado whatsapp. Cuando se enteró, nos dijo: “¡Que guay! Ahora podré estar conectado a mis compañeros y me enteraré de las cosas.”
Pues sí, por increíble que parezca, parece ser que el el cole ya no se habla. Hablan por whatsapp cuando están en casa. He tenido conversaciones con Marco en las que me decía – Mamá, es que no se. Yo no me entero de nada. A mi no me lo cuentan. Como no tengo móvil…- De hecho quedan para hacer cosas por whatsapp: para ir al cine, al campo de futbol, a casa de alguien, a dar una vuelta… A esta edad, ya empiezan a no ir al parque o, al menos, no a la hora que van las familias con los más peques. Y yo a los 13 aún jugaba con muñecas… Nadie se preocupa de llamar por teléfono para avisar a quien no tiene o no está en el grupo. Y, reconozcámoslo, no son solo ellos. Eso también lo hacemos los adultos.
Pues como os decía, desde aquel día mi hijo empezó a conversar por whatsapp. Pero, como para nosotros tener un móvil conlleva una enorme responsabilidad, le hemos puesto unas normas. Hace unos años encontré un artículo en el que una madre hacía una lista con
18 reglas para tener móvil que me encantó y me hizo reflexionar. Desde Policía Nacional también hicieron una campaña por la que animaban a los padres a hacer un
contrato para el uso del móvil con sus hijos. Yo he hablado con él mucho del tema y durante mucho tiempo. Así que cuando llegó el momento recogí sólo cinco normas que me parecen fundamentales, que había consensuado con él y quedebía de cumplir para seguir conservándolo. El resto, lo fuimos hablando, trabajando y afianzando día a día.
Tras revisarlas y consensuar el horario de uso, que es el punto que tuvo mayor negociación, él concluyó: – Mamá, te falta poner debajo que este contrato solo será válido hasta que cumpla los 18 años. –
Yo, con una sonrisa de oreja a oreja, le contesté: – No hace falta, cariño. Lo iremos revisando, ¿vale? – mientras pensaba… “Válido hasta los 18 años, dice. Bendita inocencia…”
¿Qué os ha parecido? ¿Vuestros peques tienen móvil? ¿Les habéis puesto alguna norma y/o límite?
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2 Comentarios
Patricia Arreba del Pino
29 mayo, 2018 at 10:53 pmArtículo muy interesante, gracias!
María Jose Planelles
30 mayo, 2018 at 11:44 amGracias a ti por leerme. Un abrazo